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Diario del Rechazo: Calentamiento

Dia 1 – 50 dolares

No hubo momento de sosiego en el día, me sentía muy improductivo. Pivotando de una tarea a otra, con descansos intermitentes sin llegar nada concreto. En mi mente no había lugar para otra cosa que pensar en ese momento clave, que pasara cuando me enfrente de cara con uno de mis mayores miedos. He repasado lo que tengo de que decir. Una pregunta no hace daño a nadie.

Llego el momento clave, el día D. Sin importar que tan improductivo haya sido el día. Sabía que tan solo con ese pequeño acto de valentía todo cambiara, todo tendría sentido. Transmutaría un día holgazán en uno fructífero. Me llene de valor y tome encendí la cámara y acción.

¿Buenas tardes, disculpe puede prestarme 50 dólares?

Nunca olvidare esa mirada de total perplejidad y vacilación del guardia de seguridad que solo estaba esperando su pizza. Al final no estoy en la cárcel, tampoco vapuleado o alguna de mis posibles escenarios catastróficos creados dentro de mi mente.  Reto superado.

Dia 2 – Refill de proteina

Si pudiéramos definir el día 2 en una frase sería como una copia chafa del día 1, pero mejor. Así es una total contradicción. En el trabajo mejor concentración al principio para luego decaer en el mismo habito de procrastinación y resignación. Definitivamente creo que no sirvo mismo para administración de infraestructura informática. Y no es no pueda, definitivamente, tampoco puedo culparme. Todo el día casi sin despegar la mirada intentando sacar la tarea adelante, buscando alternativas, hablando con mi compañero igual pasante. Simplemente no encuentro ningún tipo de placer o incentivo. El tema de remuneración estuvo sobre la mesa, sin embargo la ambigüedad con la que se trato no fue suficiente incentivo extrínseco para mi. No se si incluso la remuneración económica seria suficiente. Volviendo al tema del reto. Me sentí ligeramente mas confiado por mi hazaña pasada. Hoy tocaba preguntar por un refill de proteína en el restaurante.

Al principio me puso algo eufórico por la respuesta positiva, pero al momento de recibir el plato con mi proteína extra mis percepción cambio. No solo no había logrado que me rechazaran, si no que incluso lo que gane a cambio no era tan impresionante como me lo imagine. Entonces pensé que no me quede me había quedado con un decepcionante punto intermedio. No pude aprende mucho por que no hubo rechazo, y tampoco recibí mucho porque la petición no era lo suficientemente osada o creativa. Mi adaptación de la terapia del rechazo había sufrido un error fatal. No es lo mismo pedir un refill de hamburguesa en una cadena de locales que pedir un refill de proteína en un restaurante de negocio familiar.

Sera que percepción empieza a cambiar y empiezo a hacerme mas ambicioso con el rechazo? De todas no quizá terminar el día 2 así, así que lo termine interpretando todo como una excelente reflexión sobre en la próxima cuando me guste la sazón en local de estos, siempre pedir proteína extra. ¿Por qué no? Uno nunca sabe. Manito arriba igualmente por la amabilidad de la camarera.

Dia 3 – Tour por la bodega

El día estoy algo molesto. A pesar de que intentaba ser rechazado, el encargado de la tienda solo me dijo que eso no lo decidía él. Esta vez la apuesta si era mas grande y por tanto había más posibilidad de rechazo, ergo más ansiedad. Sin embargo, sentí que el reto fue inconcluso. No quería volver a hacer la misma pregunta otra vez a la encargada del minimarket. Sentía que caía en la monotonía, además de estar prácticamente con aspavientos por el nerviosismo. Al final no hice movimiento alguno, pero terminé con un gusto agridulce otra vez. ¿Reto cumplido?

De todas formas, si se aprendió algo hoy fue: No importa que tan ridícula, estrambótica o rocambolesca de la pregunta si lo haces con confianza y con cortesía la gente te tomara en serio. El encargado realmente se lo pensó en darme un tour en la bodega, pero al final decidió que él no tomaría esa decisión. A pesar de que la solicitud era más inusual que la que hice el primer día al guardia de seguridad en la pizzería. El hombre estuvo bastante abierto, incluso parecía que no es la primera vez que le piden algo así. Su rostro no fue como “y este que le pasa preguntando eso ni me conoce”, sino algo como “claro amigo, que necesitas”. En secreto pienso que quizá pensaba que yo era algo así como inspector de calidad o algo así.  Le conté mis motivos y ya no estaba tan persuadido de darme el tour gratuito.

Mi zona de confort se expande quiero hacer algo más audaz el día de mañana

Día 4 – Encuesta de Personalidad

El día de hoy fue estupendo. No recuerdo haber tenido un día desde algún tiempo. No solo tuve un excelente rendimiento en la oficina, lo cual ya es mucho.  No es que todas las actividades hayan salido como yo las había planeado desde un inicio, sino que las actividades en si cumplieron su propósito como foco de aprendizaje y distractor a la perfección. Es verdad los tiempos están totalmente descuadrados y atrasados. Sin embargo, a cada problema encontré una solución a cada silencio algún comentario sagaz. A cada replica una respuesta.

Hablando del reto puedo igualmente darme el derecho de sentir orgullo genuino. Tan solo el hecho de ser rechazado varias veces por desconocidas quizá habría sido ya suficiente para cumplir satisfactoriamente el reto. Pero eso no fue todo no conforme, hoy quería presionar un poco más límites. Realizaba una encuesta de personalidad que consistía en tres preguntas abiertas para poder preguntar a mujeres jóvenes en la calle. Me asegure de que reflejaran mis propios intereses y fueran especialmente curiosas y fuera de lo común. Adicionalmente, al final las chicas que decidieran hacer la encuesta tendrían la oportunidad de que les realizara una rápida evaluación mental si me gustaría conocerlas a profundidad. Cuando lo estuve planeando la noche anterior todo encajo milimétricamente como pieza de lego De cualquier forma, siempre terminaba ganando algo. Si me rechazan, el reto estaba cumplido. Si me aceptaban tenía una potencial candidata a pareja. Las preguntas no solo debían ser abiertas y permitir que la otra persona hablara, sino que permitirían evaluar los valores y creencias personales. Así de esta forma me garantizaba quizá no una relación de intimidad a largo plazo, pero si mínimamente una velada amena con alguien que comparte mis creencias e incluso gustos.  Finalmente, si aprendí hoy algo fue:

  •  Si la respuesta es negativa, vale la pena preguntar por qué.
  • A veces las personas pueden estar tan asustadas a la interacción social como o más que uno.
  • Me falta ganar todavía un poco mas de naturalidad y confianza
  • Me gusta este método para conocer potenciales parejas romanticas. Quizá haya que pulirlo un poco

Reto superado!!

[Interludio]

Puntos de luz, partículas de esperanza donde están que no las veo. Me despierto de un breve letargo en la oscuridad de cielo. Ahí están las estrellas tan rutilantes como siempre. Están posicionadas ordenadamente casi de manera compulsiva sobre el manto azul del cosmos. Son vértices formando figuras geométricas. A veces son trapecios, cuadrados, rombos, incluso figuras tridimensionales.

Disfruto mucho ver el cielo nocturno, me recuerda el valor de tiempo y de la vida. El tiempo porque cada vez que levanto la vista es un atisbo al pasado. Una mirada al pretérito de la creación. Incluso puede devenirse un pensamiento tétrico porque también podría estar viendo fantasmas.  Lejanos recordatorios de lo que alguna vez fue brillo y vida. Algo más que infiernos ardientes o paisajes congelados. Esos mundos distantes a lo mejor se perdieron, quizá ni siquiera eran mundos, sino solitarias nómadas que dejaron su huella y se fueron sin más.

Cuando miro al cielo también hago de gitano. Me ayuda a sopesar mi vida y realidad que muy quizá, cuando yo no sea mas que cenizas o un vago recuerdo en la mente de alguien el firmamento será el mismo. Un testigo silencioso del tiempo. Un observador en tercera persona, un narrador tímido que solo está. Quizá sea Dios después de todo, un observador inútil, pero que aun así está presente.

Dia 5 – Chicha venezolana

El desafio está siendo un éxito retundo o al menos eso me parecía. Hoy me tocaba hacer de asistente a un vendedor ambulante de comida. La idea era simplemente pedirle que me dejara preparar mi propia comida. Fue un muy satisfactorio fracaso. No fui rechazado, mas bien compartimos una breve charla sobre la vida en la sociedad y los materiales de composición de dicho alimento. Era chicha venezolana, un mangar que de seguro volver a probar.

Cuando intentaba invocar algo de inspiración para el reto se me ocurrió que quizá la ejecución no era la adecuada. Después de brevemente revisar los videos del autor original me di cuenta de que cedía demasiado pronto.   El objetivo de la terapia no solo era preguntar ocurrencias sin más. Implicaba realmente hacer esfuerzos por conseguir convencer y persuadir al interlocutor de aceptar la propuesta. La pregunta podría ser la excusa perfecta para una charla entre desconocidos. Ya había aprendido algo sin ni siquiera ser rechazado.

También tengo que admitir que hice algos rechazos de bonus. Al primero le pedí que me diera un paseo por unas cuadras. El segundo era dar un cumplido y posterior pedir el número de teléfono a una desconocida. El primero salió bien, fue rechazado muy amablemente. El segundo termino de igual forma rechazado, pero en un sentimiento de colera. Fui rechazado por la compañía femenina del objetivo sin ni siquiera poder terminar mi solicitud. Dejando a lado el hecho de la tosquedad con la fue despachado en la segunda situación. Hubo un error en particular, mi sumisión. Creo que tendré que hacer 100 de días de no sumisión pensé.

Día 6 – Tips de Viaje

Hoy quiero un descanso y voy a por un rechazo no tan desafiante. No me miento a mí mismo. vamos a por más.

El día de hoy intente estaba vacilante, por primera vez desde que empecé el desafío no sabía si el día de hoy iba a ser capaz de superar el reto. Me encontraba auscultando como erudito al vaso de limonada las gotas de agua como que si entre mas lo viera me daría el valor o las respuestas para proponer una resolución o idea de rechazo. Entonces llego la epifanía, mientras veía pasar a grupos de turistas desde el restaurante donde me encontraba. Se me ocurrió que seria genial proponer una especie de intercambio cultural. El intercambio de idioma era mi preferida, pero rápidamente descartada al percatarme de le casi inexistencia de presencia o material humano para realizarse. De inmediato pensé en un intercambio de consejos para viajeros.

Fue todo un éxito, bueno casi. Fue rotundamente rechazado por cada uno de los visitantes. No se si se debe a como fue formulada la pregunta o la entonación. Recordemos que la entonación juega un papel protagónico en la comunicación humana. No tuve la oportunidad de hablar con ninguno de los turistas y hacer esas pequeñas charlas que tanto disfrutaba. Sin embargo, igualmente fue una tarde placentera en medio de la abundante naturaleza, pero no por eso algo efímera para mi gusto.

Hay algo diferente en mis estos días, es algo sutil, pero entre más lo profundizo en mis soliloquios más confuso e insoslayable se vuelve

[interludio 2]

Frustración. Una palabra que define a la perfección lo que sentí. Es una de esas cucarachas mentales que todavía me ponen inquieto. Es un estado francamente horrible y desdeñable desde cualquier punto de vista. Es un mal trato con la vida, una estafa, con el sistema. Teóricamente el trato era que debía privarme de la vida promiscua, de los eventos sociales y cualquier tipo de interacción social que me introdujera a la vida bohemia. En retorno recibía altos beneficios laborales, de estatus y económicos al terminar mis estudios. Nada eso paso. Lo peor es que ya lo sospechaba desde un inicio que era un trato falaz. Tampoco ayudo el hecho de vivir en tiempos de pandemia. Una peste que mando al traste todos mis avances de materia de sociabilidad. No solo me volví mas huraño, ansioso y paranoico al terminar. Sino que desembocó en una crisis de identidad y psicótica de todavía sigo viendo estragos. La mente es la mayor, más peligrosa arma de doble filo. Te puede llevar a la cima estando en el suelo, pero también te puede llevar al infierno teniendolo todo.

Día 7 – Guaguas de Pan

Empieza sonar Claire de Lune de Debussy…

Estoy tranquilo. Pero no ese tipo de serenidad temporal que uno tiene que se tiene cuando la vida lo deja de asolar con duelos y dificultades, como un breve respiro antes de continuar con la paliza. Ese ese tipo de tranquilidad de cuando sientes que has aprovechado el día y puedes dejarte caer sobre el camastro. Este tipo de tranquilidad que más te invita a la ambición y no a la zozobra.

Han pasado 7 días desde que empecé el desafío para cambiar mi vida. No puedo estar mas satisfecho. El proyecto me he dejado ya muchas enseñanzas y lecciones invaluables. Creo que es mi propia versión de ese máster de inteligencia emocional (“lo vi en internet”) que siempre quise estudiar. Cada día un mas confiado que el día anterior, cada día mas deseoso con el reto de mañana. Hoy no es diferente. El reto de hoy era pedirle a la encargada de una panadería unas “Guagas de pan”. Un dulce tradicional preparado en fechas especiales en Ecuador.

Respondió positivamente al primer requerimiento con inusual amabilidad como siempre. Al segundo requiriendo se negó, pero desemboco en una explicación de como era el proceso de elaboración de las piezas de pan y porque no podía usar una masa especial integral para mi pedido que apenas eran 5 piezas.

¡¡Reto cumplido!!

Lo celebre con una pieza de pan con chocolate

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